La comunicación de la ciencia en situaciones de riesgo y de crisis

photo credit: СмdяСояd via photopin cc

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En otros tiempos, el hombre vivía a merced de la naturaleza. La luz del día condicionaba sus actividades; las estaciones del año, sus alimentos y el clima determinaba sus viviendas.

Posteriormente, con el desarrollo de la agricultura y, más adelante, con la revolución industrial, se inicia una época de confianza en la capacidad transformadora del hombre y en la posibilidad de un progreso sin límites. De la mano del desarrollo científico, el hombre se convierte en un observador objetivo de una naturaleza que puede comprender y, por lo tanto, predecir y controlar. Así, el conocimiento científico no solo es la base de su aparente independencia de la madre naturaleza, sino también de su posibilidad de definir y calcular el riesgo.

Pero, para complicar aún más las cosas, la ciencia también ha posibilitado nuevas situaciones de riesgo que ya no son producto de la acción de la naturaleza, sino que se derivan del propio desarrollo científico.

¿Hemos dejado la sociedad industrial para adentrarnos en lo que el sociólogo alemán Ulrich Beck denomina la ‘sociedad del riesgo’? Y de ser así, ¿ha sido el desarrollo científico-tecnológico quien nos ha puesto en este nuevo lugar?

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